No podíamos pues no poner en valor esa arquitectura clásica (que reformas posteriores a la construcción original del edificio habían dañado y hecho desaparecer), pero decidimos enfrentarla por contraste a la alta tecnología y avanzado “know how” del servicio que los odontólogos ofrecerían en este espacio.
Así es como surge el cuerpo espejado que rompe por contraste el gran vestíbulo de acceso, resolviendo la recepción del paciente y la sala de presupuestos. O las mamparas de vidrio bronce que “cortan” el espacio clásico con molduras para crear los espacios clínicos.
Se trata de una clínica con alta calidad espacial, con una eficiente zonificación entre espacios público, clínico y privado, donde tanto los pacientes como los propios trabajadores experimentan la famosa frase que dice: “el lujo está en el espacio”.
Nuestro trabajo no se limitó únicamente al trabajo arquitectónico, desarrollamos para los Dres. Bollaín también toda la identidad corporativa y sus aplicaciones varias, en total consonancia con el espacio arquitectónico.