Y como nos gustan los retos, lo hicimos. Recurrimos a la introducción de elementos “no imprescindibles” para un espacio clínico, como son los panelados de madera con soporte de información digital, vegetación natural, transparencias entre espacios, texturas brutalistas (por ejemplo, el mostrador de piedra natural directamente extraída de la cantera), una iluminación indirecta muy estudiada, estructuras singulares propias de escaparatismo, y piezas de arte para cualificar los espacios.
Completamos nuestro trabajo con el desarrollo completo de la nueva identidad gráfica, que, sin cambiar el nombre de la clínica, la terminó arraigando más a su entorno (muralla de Córdoba y patrimonio arquitectónico circundante) y al mundo digital, que caracteriza la oferta asistencial de este centro.