La necesidad de un simple cambio de pavimento y de los sillones dentales nos condujo a reformar parcialmente esta clínica centenaria del centro de Madrid, para transformarla en un establecimiento “puente” entre las generaciones de odontólogos pasadas, las presentes y las futuras. Para ello, y respetando la sobriedad del cliente, se planteó una renovación de los revestimientos en la zona clínica. Pero el mayor valor de nuestra aportación recae en la optimización del espacio de la zona de acceso y su circulación, que se resolvió insertando una pieza nueva: un pequeño museo donde se expone instrumental de hace 100 años, el cual forma parte de la esencia de esta clínica dental. Se aprovecha este ámbito para optimizar el almacenamiento y crear un espacio privado de atención al paciente.