Destaca la propuesta para la sala de espera, un espacio polivalente de juego y estimulación, donde los niños pueden jugar dentro de un barco o imaginar que están en el fondo del Mar.
El proyecto arquitectónico ha tenido especial cuidado en llevar la luz natural a todos los espacios, y en utilizar materiales de texturas y colores relajantes para los pequeños pacientes.