La valiente doctora decidió montar su propia clínica de cero, en un nuevo barrio y con nuevos pacientes. Por eso necesitó de nuestra experiencia profesional, para que le creásemos una clínica singular, cuyo espacio y fachada hablasen de ella entre los vecinos.
Diseñamos una clínica cálida para los fríos días de invierno zaragozanos (uso de madera en panelados, marcos de ventanas y puertas, y mobiliario) y fresca para las calurosas tardes de verano (blanco en paredes, techo y mobiliario clínico, y resina de color corporativo en pavimentos clínicos); es decir, cálida y fresca, como es Laura.
El diseño gráfico acompaña la propuesta arquitectónica, para conferir al conjunto de un carácter único como pretendía nuestro cliente.